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martes, 23 de octubre de 2012

GRACIAS NESTOR, FUERZA CRISTINA.


Recuerdo en mi infancia no podía hablarse de política en casa. Mi mamá de “cuna radical” y mi viejo “zurdito”. Una mezcla extraña… de la cual yo fui fruto.

En mi adolescencia surgía en mi un sentido de justicia social que me movilizaba a actuar en consecuencia.

Me es imposible olvidar a mi abuela diciéndome: "ya está la defensora de pobres y ausentes!" Ciertamente nunca soporté que se hablara mal de alquilen que no estuviera presente para defenderse o el vil desprecio hacia alguien solo por ser pobre, o negro o "diferente" Los prejuicios, la discriminación, las criticas maliciosas, nunca fueron bienvenidas por mis oídos. Las sentí toda la vida como un gran injusticia. Claramente veía como muchas personas "creyéndose" superiores, juzgaban cual si fueran dueños de la verdad y la normalidad, siendo evidente su egoísmo, irrespeto, soberbia y vanidad. Personas feas que algunos veían lindas solo por portar apellido y tener plata. Para que hablar de lo injusto que me parecía, ya desde muy chica, festejar el "día de la raza", siendo que embanderados por una supuesta causa justa, se mataron millones de personas. 

En la secundaria formé parte del centro de estudiantes del cole. Unos años antes había vuelto a abrirse gracias a los hermanos de una amiga que trabajaron para ello. Teníamos vos y voto! Era algo valioso que debíamos cuidar y tomar en serio. Se hicieron muchas cosas pero faltaban algunas. En nuestro momento no habíamos podido todavía recuperar la cantina. Era muy difícil enrolar a la directora para que nos dejara usar ese espacio. Ante la falta de respuesta positiva organizamos una sentada, así, una mañana, después de izar la bandera, en vez de entrar al aula, en forma pacifica, todos nos sentamos en el patio y comenzamos con la protesta. Por supuesto, estuvieron presente la tele, los padres, muchos vecinos. Entre ellos mi viejo, obvio. Luego de una exitosa jornada de debate logramos recuperar ese lugar que nos pertenecía. Para esto debimos armar un estatuto en donde se marcaban pautas y obligaciones, las cuales cumplimos con mucho orgullo y respeto. Era nuestra lucha y la habíamos ganado! Esto nos dio la confianza necesaria para creer que podíamos cambiar el mundo… por supuesto eso no duró mucho… poco a poco nos fueron quitando esas ganas, los sueños, la confianza. Comenzó el tiempo del “no te metas”, “preocúpate por lo tuyo, que nadie se preocupa por vos”, y comencé mi adultez de golpe, alienada, dejándome llevar puesta por la vida…

Hasta que un día un hermoso personaje medio visco, de mocasines, desprolijo, comprador, con pinta de bueno, me devolvió la esperanza! Inmediatamente me impactó su personalidad, me magnetizó su aura, me llegó al alma. Como olvidar sus palabras: “Vengo a proponerles un sueño…” y a pesar de tanta tristeza, de tanto descreimiento, de tanta frustración e impotencia, yo, le creí, confié en ese sueño, confié en ese pingüino que se atrevió a hacer malabarismo con el bastón de mando! Confié en ese sueño porque era también mi sueño. Néstor llegó para cambiar a la Argentina y meterse de lleno en el corazón de la mayoría!

Lo mejor de todo esto es que cumplió, como nadie antes lo había hecho. Volví a creer en la política, en que sí podíamos cambiar el mundo y que era posible trabajar por un país mejor. Que las convicciones no se abandonan en ningún momento, que no hay que dejar de lado la pasión y el amor cuando uno hace lo que quiere, lo que piensa y lo que siente
“A los jóvenes les digo sean transgresores, opinen, la juventud tiene que ser un punto de inflexión del nuevo tiempo”, dijo, y pensé, como no seguir sus palabras como un mandato?  

El confió en nosotros!

Como no amar y seguir a ese flaco divino que me devolvió la esperanza, las ganas de meterme, de involucrarme, de ir a votar, de participar, de hacer mi patria, de construir mi futuro, de honrar la democracia!

Llegó el tiempo de Cristina y por supuesto que, sin conocerla, la voté. Si era la esposa de mi querido presidente Kirchner, como no iba a ser buena mina, ÉL la había elegido para compartir su vida, se habían elegido! Otra vez no me equivoqué! Por eso fui del 54% que la re eligió!

El domingo 27 de octubre de 2010, el día del censo nacional, me levanté temprano para recibir al censista y mi hijo me dijo: “mamá murió Néstor”, creí que era una broma, rápidamente prendí el tele y comprobé que era cierto, no salía de mi asombro, me invadió una tremenda tristeza, como podía ser? Sentía una inmensa soledad, como si hubiera muerto un pariente, un amigo. Inmediatamente pensé en que no había que dejar sola a Cristina! Y empecé mi militancia…

Porque siempre en mi corazón estuvo escondida la semilla de la política que vio la luz gracias a Néstor. Y floreció como una mas de esas “mil flores” que el regó con sus palabras, con su cariño, con su fe en los jóvenes.

Por eso hoy, a pesar de la tristeza que nos deja su ausencia, seguimos trabajando por nuestra Argentina como él nos enseño, acompañando a la presi, como él nos pidió y creyendo firmemente que desde el cielo nos guía para no aflojar!

Te extrañamos Néstor, aunque siempre estarás en nuestros corazones.




GRACIAS POR LA MAGIA!!!

Como broche de oro les dejo un hermoso poema, escrito por un desaparecido, que Néstor leyó en la Feria del libro y justamente es así como yo lo recuerdo a ÉL, un ser excepcional que transitó por este planeta tierra.


Quisiera que me recuerden (Joaquín Areta)

Quisiera que me recuerden sin llorar
ni lamentarme
quisiera que me recuerden por haber hecho caminos
por haber marcado un rumbo
porque emocioné su alma
porque se sintieron queridos, protegidos y ayudados
porque interpreté sus ansias
porque canalicé su amor.
Quisiera que me recuerden junto a la risa de los felices
la seguridad de los justos
el sufrimiento de los humildes.
Quisiera que me recuerden con piedad por mis errores
con comprensión por mis debilidades
con cariño por mis virtudes,
si no es así, prefiero el olvido,
que será el más duro castigo por no cumplir mi deber hombre.